PRONUNCIAMIENTO | EN FAVOR DEL RESPETO IRRESTRICTO Y EN CONTRA DE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

Psicólogos Sin Fronteras México se pronuncia en favor del respeto irrestricto y en contra de toda forma de violencia contra las mujeres.

En México se ha potenciado el fortalecimiento de un sistema de violencia estructural contra las mujeres, amparado en una total impunidad que es urgente resolver. Diariamente, cientos de niñas y mujeres son agredidas, violadas, asesinadas y revictimizadas por individuos e instituciones que violentan tanto en lo social como en lo político y económico.

Según datos del (SESNSP) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) En nuestro país 10 mujeres son asesinadas diariamente. 1 de cada 10 feminicidios se comete contra niñas y adolescentes menores de 17 años.

Las mujeres mayores de 15 años que están vivas, el 66% han sufrido algún incidente de agresión física, 34%, emocional 49%, económica 29%, sexual 41.3%, que lo han sufrido a manos de agresores conocidos o desconocidos, tanto en el espacio privado como en el público (ENDIREH, 2019).

El feminicidio es el grado culminante de todas las formas de violencia contra la mujer, el feminicidio puesto de forma simple es el “asesinato misógino de mujeres cometido por hombres; es una forma de violencia sexual” (Radford, 2006 P. 33).

El cual “abarca o pertenece a la totalidad de un sistema donde coinciden los elementos culturales, políticos, económicos y religiosos que confluyen para que se dé el feminicidio” (Monarrez, 2009, P. 12).

Con base en lo anterior, se ha propiciado el incremento sin precedentes de violencia estructural en las mujeres, ya sea verbal, física, emocional y sexual. Y aunque las cifras son alarmantes poco sabemos de la magnitud real del fenómeno, debido a que en México se vive un patrón de impunidad sistémica, reflejo de la falta de acceso a la justicia, frecuentemente las víctimas, al intentar acceder al sistema de justicia, son maltratadas y discriminadas (Andion, 2012).

Las respuestas gubernamentales escasean o parecen buscar su invisibilización, lejos de enfrentar y combatir sus causas en la etapa de investigación, las mujeres se enfrentan con retrasos injustificados, falta de realización de pruebas periciales, así como la culpabilizacion y descalificación por parte de las autoridades.

Entre tanto, la urgencia e indignación se acumulan y dan paso a nuevas formas de exigencia que se salen de las lógicas políticas tradicionales.

Si cada día, en México, 10 mujeres son asesinadas en promedio por razones de odio. La crisis de los feminicidios y demás formas de violencia contra este género (como la sexual) debería generar una reflexión de carácter nacional, pues ningún país puede aspirar al pleno desarrollo si consiente que un sector poblacional sea violentado tan brutalmente como sucede con las mujeres por el simple hecho de nacer con este género.

Esta reflexión colectiva debería, a su vez, derivar en formas concretas de atención a estos graves problemas, que pasen necesariamente por reducir los altos índices de impunidad con castigos ejemplares para todos aquellos que violenten a bebés, niñas, adolescentes, adultas y ancianas; ello, sin importar la influencia que los agresores puedan tener tanto en el ámbito político como en el económico, social, cultural o de cualquier índole, incluido el religioso.

La movilización del 9 de marzo es un plan emergente para impulsar una transformación hacia la paz, la igualdad y equidad de género. Al mismo tiempo conseguir igualdad entre géneros; Justicia y adecuación del protocolo en los casos de asesinatos o desapariciones; prevención y erradicación de la violencia, reforzar la vigilancia en transportes y sectores con altos índices de criminalidad e inseguridad.

La demanda es clara: el Estado mexicano debe reconocer la magnitud de la violencia contra las mujeres y cambiar en consecuencia contribuir con una mayor capacitación en materia de género en el sistema de justicia, así como más participación de dependencias gubernamentales en el problema.

Nunca será justo ni justificable el asesinato de seres humanos por el sólo hecho de haber nacido mujeres y eso es, en esencia, el feminicidio.

A estos cambios debe sumarse, la educación desde los hogares, en la sociedad, desde la mujer misma, donde se perciba a la mujer en igualdad de derechos y capacidades.

En PSFMX nos sumamos a las demandas de justicia, reflexión y toma de conciencia ante el paro en contra de la violencia en la que se encuentran las mujeres, sabemos que existe una tremenda necesidad de hablar, denunciar y actuar, para resolver esta violencia de género, donde las instituciones públicas, el sector privado y la sociedad civil, no han tenido la sensibilidad de escuchar, de trabajar en acciones concretas de justicia a sus problemáticas.

Entendemos que para lograr esta transformación es necesaria realizar una profunda reflexión sobre la parte que nos corresponde, ya sea como institución, sociedad o como individuos, conjuntamente con educación para la paz, que nos lleve al ejercicio de una ciudadanía responsable en la búsqueda de crear una sociedad más segura y equitativa en nuestro país donde el relacionarse con las mujeres en cualquier papel que ellas interpreten ya sea como profesionista, empleada, compañera de vida, hija y migrante sea de calidad.

· Por lo que es importante se fomente y posibilite la denuncia, informando a las mujeres cómo y en dónde pueden hacerlo. Las mujeres que viven o vivieron violencia familiar o de género no denuncian porque no saben a qué autoridad acudir. Además de facilitarles espacios seguros para ellas después de denunciar a su agresor.

· Agilizar los casos en el sistema de justicia penal, tratar con perspectiva de género los casos en especial los penales.

· Esclarecer los feminicidios de los que ya conoce la autoridad. Después de todo la acción más efectiva contra la violencia de género es que no quede impune.